El modus operandi es el método que usa el asesino para llevar a cabo su crimen, describe las técnicas y las decisiones que el asesino ha tenido que tomar. De esta evaluación sacamos información sobre cómo mata nuestro asesino y qué características psicológicas se pueden deducir de este método: planificador, inteligente, profesión que puede desarrollar, descuidado, perfeccionista, sádico...
El modus operandi, al contrario que la
firma, puede variar a lo largo del tiempo puesto que, como habilidades, pueden
aprenderse o evolucionar o degenerarse con los crímenes posteriores.
El modus operandi tiene naturaleza
funcional. (Garrido, 2006) y tiene tres metas: proteger la identidad del
delincuente, consumar con éxito la agresión y facilitar la huida.
Por lo que se refiere a la firma, ésta
es el motivo del crimen, el por qué, refleja la razón por la que el asesino
hace lo que hace. Nos da una información más profunda ya que nos presenta qué
quiere decir con el crimen, y más psicológica puesto que nos habla de sus
necesidades psicológicas. El asesino mantiene su firma estable a lo largo de su
carrera criminal, por lo que, aunque cambie su modus operandi podemos
relacionarlo por dicha firma.
Esto no quiere decir que físicamente la conducta o conductas que describen la firma del delincuente no puedan cambiar. El aspecto profundo de la firma no cambia, la ira, venganza, sadismo permanece inalterable pero la forma de plasmarla puede evolucionar, incrementar, disminuir o degenerarse en función del propio desarrollo de la motivación a la que representa.

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